Tan importante es
Tan importante es
Tan importante es lo que ocurrió que la empresa radiodifusora creyó necesario notificárselo a la Presidencia de la Republica. Y cuando se dice Presidencia conviene recordar que el artículo 80 de la Constitución dice textualmente: “Se deposita el ejercicio del Supremo Poder Ejecutivo de la Unión en un solo individuo, que se denominará Presidente de los Estados Unidos Mexicanos”. Un solo individuo.
También es de recordarse que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación lo depositó, en una decisión jurídicamente inapelable, en manos de Felipe Calderón, “haiga sido como haiga sido” (la justicia es la soberana, y la ley es sólo la dama de compañía). Así que el asunto sí es importante, y no es de broma. Aunque nuestro colega de Milenio Jairo Calixto Albarrán, entre bromas y veras como es su serio estilo, nos diga que “echarle la culpa a ello de sus estrategias, tropiezos, desgobiernos, no sólo me parece injusto para el pomo, sino profundamente facilista”.
No es aceptable, pues, que un distinguido diputado panista se atreva a decir en la Cámara que este asunto sin importancia no debe distraer a los miembros del Poder Legislativo de sus importantes asuntos.
Cuando se pretende analizar un diferendo con un mínimo de rigor, lo único científico es atender la voz de las partes. Cancelarle el espacio radiofónico a la periodista con mayor audiencia del país (y, según se ha podido ver, la más combativa y reclamante de su derecho constitucional) sí es un tema importante. La directiva de MVS lo tiene muy claro, y por eso procedió del modo que lo hizo.
La gente ya no está dispuesta a renunciar a su derecho a estar bien informada y a que se le niegue el espacio radiofónico a la informadora de su preferencia. Por eso salió a la calle a reclamar pacíficamente (Va a ocurrir muy seguido de ahora en adelante. Ya nos ha dicho la FAO que se viene encima el riesgo de “motines de hambre”).
Dice MVS que la conductora Carmen Aristegui “trasgredió nuestro código de ética”, dado que prohíbe “la presentación y difusión de rumores como noticias”. Así que el domingo 6 hizo saber que” “mañana ya no sale al aire”. Por su parte, la vocera de la Presidencia, Alejandra Soto, declaró que no interfirieron en el despido; pero que MVS sí se lo había notificado una vez que fue tomada la decisión.
No está de más aclarar que la empresa radiofónica espera con ansia que se le refrende la concesión para explotar la franja del espectro radioeléctrico de propiedad nacional. Como se sabe, por el reciente desaguisado con Molinar Horcasitas, dicho refrendo, o no, está entre las “amplias” facultades del Poder Ejecutivo Federal. Que se deposita, como queda claro, en un solo individuo (dice un compa que de ahí para abajo todos son gatos, aunque algunos sean de angora y otros de medio pelo).
Se recordará que todo este zipizape se armó cuando el diputado Fernández Noroña desplegó en San Lázaro una manta que decía: “¿Tú dejarías a un borracho conducir tu auto? No ¿Verdad? ¿Y por qué lo dejas conducir el país?”. Carmen Aristegui trasmitió esta noticia; de un hecho real, en su programa.
A continuación aclaró que el rumor de la adicción de Felipe Calderón era de tal importancia que merecía una explicación de la propia Presidencia. Que existe el rumor, como saben los “twiteros”, es un hecho real, al menos desde el brazo roto, que la Vocería atribuyó a una caída de bicicleta.
El doctor José Ángel Córdova Villalobos, Secretario de Salud, considera que si la adicción “fuese verdad, nadie tiene derecho a señalarlo. Son cuestiones muy personales”.
Opinión parcialmente coincidente expresó Andrés Manuel López Obrador. Dijo: “Eso no nos parece, no debemos hacerlo nosotros, porque eso es meterse en la intimidad, en la vida privada de las personas, y con eso debemos ser respetuosos”; y añadió: “lo que tenían que haber puesto es que Calderón es un usurpador; y eso le ha hecho mucho daño al país”.
Pero también la conductora dio su versión ante el tumulto de reporteros nacionales e internacionales y de sus radioescuchas en la Casa Lamm. Dijo Carmen Aristegui: “No hay pregunta prohibida. Joaquín Vargas sabe perfectamente que yo no infringí ningún código de ética. Sabe, porque lo sufre todos los días, de las verdaderas razones que están detrás de esta decisión, que está a punto de costarnos la cabeza. En su desenlace gravita el interés del duopolio televisivo, que no admite competencia”.
Leyó sin inmutarse: “Mi cese de MVS se debió a un berrinche presidencial, sólo imaginable en las dictaduras que nadie desea para México. Castigar por opinar o por cuestionar a los gobernantes”.