Los principios y el debate
Los principios y el debate
Por Juan Carlos Núñez
Publicado originalmente el 28 de abril de 2015 en La Crónica Jalisco.
Una de las principales incongruencias de los partidos es su postura frente a los debates durante las campañas electorales. Este es uno de los temas en que demuestran que entre sus principales referentes políticos están la “Chimoltrufia” y Groucho Marx.
La novia del “Chómpiras” guía a los partidos con su principio de: “Así como digo una cosa digo la otra” y el humorista estadounidense con su famosa frase: “Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros”.
En el caso de los debates electorales los partidos suelen seguir ambas máximas con gran fidelidad. Si el candidato del partido encabeza las encuestas evita el debate, no vaya a ser que salga raspado y entonces pierda electores. En esos casos aducen una apretadísima agenda que no da tiempo para dedicar un par de horas a discutir con sus contrincantes. Afirman que no “hay condiciones” o que son víctimas de la “guerra sucia”. Pero si su candidato aparece en segundo o en tercer lugar, el partido insiste en el debate como un elemento central en el proceso electoral y arguye que los electores tenemos derecho a conocer de primera mano las propuestas del susodicho y a verlo en acción.
Cada tres, cada seis años se repite la misma historia. En estos días, los partidos y las autoridades electorales andan en esas.
Los partidos no se atreven a decir con claridad que el debate es un ejercicio democrático y que lo asumen siempre y con todas sus consecuencias o que es simplemente una táctica que seguirán sólo si les conviene. Los principios sirven para la democracia, pero no para ganar las elecciones. Para eso ayudan más la “Chimoltrufia” y Groucho.