La indignación
La indignación
Por Pedro Mellado
Publicado originalmente el 29 de diciembre de 2014 en el periódico Mural.
Entre el viernes 28 y el domingo 30 de noviembre del 2013, cuando estuvo en la capital tapatía para recibir un doctorado honoris causa en la Universidad de Guadalajara y ofrecer una conferencia en la Universidad del Valle de Atemajac, Manuel Castells, el reconocido teórico sobre nuevas tecnologías de la información y la comunicación, habló de todos los movimientos de indignación y rebelión en el mundo, originados, articulados y organizados desde las redes sociales.
Autor de la célebre trilogía denominada «La Era de la Información», publicada entre 1996 y 1998 (La Sociedad Red, El Poder de la Identidad y Fin de Milenio), Castells se refirió a los Indignados de España, al Occupy Wall Street en Estados Unidos, a las sublevaciones en el mundo árabe y al Movimiento #YoSoy132 en México.
Después reflexionó: «México hoy por hoy no es una sociedad normal, si entendemos por normal que no sabes si vas a vivir al día siguiente (…) ¿Qué tiene que pasar para que esto cambie? Que ustedes decidan qué tiene que cambiar y ustedes y otros miles y otros millones, porque motivo de indignación (…) no les faltan».
En México hay 47 millones 400 mil internautas, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) proporcionados el pasado miércoles 17 de diciembre.
Al menos 36 millones 300 mil internautas que navegan en redes tienen entre 18 y 44 años de edad y representan el 44.32 por ciento de la Lista Nominal de Electores (LNE), que hasta el pasado viernes 12 de diciembre incluía a 81 millones 891 mil 419 ciudadanos con credencial para votar.
Castells advierte en su libro «Redes de Indignación y Esperanza» (Alianza Editorial, 2013), que la humillación causada por el cinismo y la arrogancia de los poderosos, tanto del ámbito financiero, como político y cultural, puede unir a aquellos que transforman el miedo en indignación y la indignación en esperanza.
Señala que los usuarios de redes reclaman respeto a su autonomía y pretenden conservarla ajena a injerencias de actores políticos y gobiernos. La autonomía comunicativa de la nueva sociedad red se construye en Internet y en las plataformas de comunicación inalámbrica.
El también español Miguel de Moragas advierte que las redes han permitido «la personalización en masa», es decir, la posibilidad de facilitar la información personalizada (en contenido, tiempo y lugar de consumo) a un número masivo de usuarios que decide qué, cuándo y cómo la quiere ver (en «Interpretar la Comunicación», Gedisa, 2011).