Despilfarro con maña

Por Jorge Narro

Publicado originalmente el 21 de agosto en Mural.

No veo la televisión, salvo un programa, en el canal 11, los lunes a las 10 de la noche: “Primer plano”. Pero sí escucho la radio: noticiarios y programas de análisis político. Últimamente me ha sorprendido, muy desagradablemente, la enorme cantidad de mensajes de la Secretaría (federal) de Salud: esos que se hacen para presumir que se hizo lo que se tenía que hacer… o menos. O para “posicionar” al titular de la dependencia (ninguna relación de parentesco conmigo), uno de los que suena como candidato para 2018.

En todo caso, es un botón de muestra del exorbitante gasto gubernamental en comunicación.

Artículo 19, una organización de la sociedad civil dedicada a la defensa de la libertad de expresión con sede en la Ciudad de México, denunció apenas la semana pasada que “la publicidad oficial sigue siendo un gasto que se asigna de forma arbitraria y discrecional y se ejerce sin control”. Y para sostener su afirmación, ofreció –entre otros- los siguientes datos:

Durante los primeros cuatro meses de este año, el gobierno de Peña Nieto gastó 98 millones 599 mil 493 pesos en publicidad oficial. La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) es la que más dinero ha destinado a campañas de publicidad: 43 millones 950 mil pesos, cifra que representa 44.6 por ciento del total. La segunda dependencia que más gasta es Pronósticos para la Asistencia Pública: 19 millones 976 mil nueve pesos. La tercera es la Presidencia de la República, que desembolsó 10 millones 208 mil pesos en publicidad.

El informe muestra que Excélsior, La Jornada y Milenio son los diarios a los que más dinero se les ha otorgado por publicidad. En el caso de la televisión, los más favorecidos han sido –como siempre- Televisa y Televisión Azteca.

¿Y en Jalisco?

Artículo 19 y Fundar Centro de Análisis e Investigación A.C. (otra organización de la sociedad civil), publicaron en 2014 un informe sobre “el gasto en publicidad oficial en las entidades federativas 2013”.

En el año 2010, el gobierno de Jalisco, encabezado entonces por el panista Emilio González Márquez, gastó 233 millones 610 mil 365 pesos. En el 2011: casi 266 millones. En 2012: poco más de 274 millones. Entre 2011 y 2012: un incremento de 3.13 por ciento.

La inmensa mayor parte del gasto en publicidad se hizo en la televisión, seguida –muy de lejos- por la radio. La prensa escrita se colocó en cuatro lugar.

En 2016, Fundar difundió su estudio “Gastos en publicidad oficial en las entidades federativas durante 2015”. Jalisco ya estaba gobernado por Aristóteles Sandoval. En ese año el Congreso había aprobado un presupuesto, para publicidad oficial, de 149.6 millones de pesos. Al final del año se ejercieron 480.6 millones; esto es, un sobregiro de 221 por ciento. La mayor parte del gasto lo realizó el Poder Ejecutivo…

Tanto el informe de 2014 como el de 2016 llegan a las mismas conclusiones: los estados gastan enormes sumas de dinero en publicidad oficial “sin dar a conocer los detalles de su asignación”. Se trata de un “despilfarro indiscriminado de recursos que se ejercen sin control y que año con año se incrementa sin justificación alguna”. “Las lagunas legales continúan permitiendo que todos los niveles de gobierno influencien (…) la línea editorial de los medios a través de la asignación de publicidad oficial. Las audiencias por tanto están sujetas a la información que el gobierno autoriza se publique”.

El 18 de mayo de 2016 y, luego, el 26 de julio de 2017, diputados federales de Movimiento Ciudadano (Clemente Castañeda y Macedonio Tamez) presentaron ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión una iniciativa para regular la publicidad oficial. Entre otras cosas propone que sólo se haga publicidad gubernamental en materia de salud, protección civil y turismo. Además, que se cree un organismo constitucional autónomo que, con carácter nacional, regule la publicidad y el registro del Padrón Nacional de Medios.

La primera vez que se presentó la iniciativa, fue rechazada. Estemos atentos a lo que pase con el segundo intento.