Campañas insulsas
Campañas insulsas
Por Juan Carlos Núñez
Publicado originalmente el 7 de abril de 2015 en Crónica Jalisco.
Comenzaron ya las campañas electorales de cara a las elecciones del próximo 7 de junio. Tendremos que soportar dos meses de saturación de mensajes insulsos y muy poco útiles para tomar decisiones razonadas.
Desde que la mercadotecnia triunfó sobre la política las campañas se convirtieron en luchas de frases trilladas y de retratos. La aparición de los asesores políticos profesionales lejos de fortalecer el debate sobre los asuntos políticos los decoloró. La distinción entre proyectos diversos de comunidad se diluyó hasta convertirse en promesas obvias que pueden ser promulgadas por cualquier partido.
Haga el experimento. Casi cualquier frase de casi cualquier candidato puede ser adoptada por cualquier otro partido político y por cualquier candidato, y no se nota. Y eso ocurre porque las campañas dejaron de ser un ejercicio de convicciones para convertirse en proyectos de venta. Hay que ofrecer cualquier cosa a cambio de conseguir un voto. No importa que vaya contra de los supuestos “principios” de los partidos.
Los discursos políticos en que se delineaban proyectos distintos de futuro han quedado convertidos en pequeñas frases que no comprometen a nada. Ningún partido se arriesga a poner en discusión sus verdaderas propuestas. Ningún tema comprometedor se expone públicamente, no vaya a ser que quite votos.
Las campañas, que deberían servirnos para conocer qué harían en concreto los candidatos en torno a los asuntos públicos, se convierten en demagogia pura. Pero parece que funcionan bien para ganar elecciones en una sociedad con una escasísima cultura política donde gracias a un balde, un lema o una sonrisa abrillantada en la computadora, mucha gente decide su voto.