Anticorrupción: límites y oportunidades
Anticorrupción: límites y oportunidades
Por Rubén Alonso
Publicado originalmente el 5 de noviembre de 2017 en Milenio Jalisco.
El Sistema Anticorrupción del Estado de Jalisco (SAEJ) descansará en instituciones creadas para la prevención (contralorías), fiscalización (auditorías), persecución (fiscalía especializada), resolución (tribunal especializado) y garantía de acceso a la información (transparencia), articuladas por un Comité de Participación Ciudadana (CPC), instancia especializada para desarrollar e instrumentar políticas públicas en el combate a la corrupción. ¿Qué límites y oportunidades tiene el SAEJ?
Para su renovación escalonada, el CPC estará en renovación anual los próximos cinco años, en lugar de hacerlo por bloques, con lo que durante los siguientes años estaría sujeto a una relativa inestabilidad.
En el proceso de elección del titular de la fiscalía anticorrupción, sólo opinará; del resto, mientras no se hagan las adecuaciones legales, nada tendrá que ver.
Las políticas públicas que definan tendrán que estar primero alineadas al Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), lo que conlleva a que en esa instancia se desarrolle, defina e implemente para lo local, con las asimetrías estatales y municipales existentes. La piedra de toque estará en la generación y administración de información que contenga la Plataforma Digital Nacional. El fracaso e inservible Plataforma Nacional de Transparencia (PNT) puede resultar un mal augurio si no se toman las previsiones necesarias.
Con la Ley del SAEJ se cuidó reproducir lo establecido en la Ley General para evitar contradicciones y límites jurídicos, pero dejó en la generalidad y en el «podrán» a los municipios la creación de sistemas anticorrupción. El SAEJ sólo creará mecanismos de coordinación y apoyo.
El SAEJ, a través de sus Comité Coordinador, por su parte, tiene ante sí que propiciar mayor claridad y homogeneidad de políticas e instrumentos de combate a la corrupción desde el municipio, esa base de gobierno más cercana a la gente, donde se da la «corrupción hormiga»; y a corto plazo, la configuración e integración de la Secretaría Ejecutiva del SAEJ, a través del cual operará el SAEJ que ahora se centra en cinco ciudadanos y ciudadanas.
Independencia, probidad, capacidad, experiencia, gira en los y las cinco del CPC, pero descansará en lo cotidiano en auditores, fiscales, contralores, magistrados… y quienes sean la estructura operativa del sistema: la Secretaría Ejecutiva, que será instrumentada directamente por el CPC. Hay mucho, pues, donde poner el ojo.